Gastronomía, arquitectura, historia, arte, música y vino son algunas de las riquezas que tiene para mostrar a los visitantes Viena.
Una de las definiciones que se le otorgan a Viena es el de la “Ciudad de la Música” puesto que es la cuna de importantes compositores de música clásica. Sin embargo, también cuenta con una extensa temporada de bailes, en la que se realizan distintas actuaciones de manera elegante y organizada. Además, tienen un interesante apego por el café, esa una de las razones por las que existen decenas de cafeterías en la que propios y visitantes suelen socializar.
Aunque en determinadas épocas hace frío, el clima es mayormente templado. Los viajeros prefieren planificar su viaje en primavera y otoño por varias razones. Por un lado es posible conocer gran parte de las atracciones y por el otro, los precios son más económicos, en lo que a hoteles y vuelos se refiere.
La moneda de uso legal es el euro y el idioma oficial es el alemán. Las opciones de transporte público son diversas, por lo que llegar a cualquier punto de la ciudad no es ningún inconveniente. Los estudios aseguran que la capital de Austria es una de las ciudades más seguras de Europa, un motivo por el que puedes desplazarte con seguridad por todos sus rincones.
Lo que leerás a continuación te permitirá planificar tu ruta por esta hermosa ciudad. Hay muchísimas cosas que ver, sin embargo, el plan dependerá de los días que dediques a tu aventura. Con eso en mente, estamos listos para comenzar con nuestras recomendaciones.
La Ópera de Viena
Para conocerla es necesario llegar al casco histórico y localizar el edificio que tiene un estilo neorrenacentista. De acuerdo con las fuentes oficiales, fue inaugurado en 1.869. Es una de las principales referencias a nivel mundial en lo que a música clásica se refiere y es el escenario de las más importantes obras que se presentan en el país. Encontrar una entrada para los conciertos especiales es una tarea casi que imposible. Sin embargo, observar la estructura desde fuera o realizar una visita guiada es accesible para quien lo desee.
Catedral de San Esteban
La construcción de este edificio religioso comenzó en el siglo XII, aunque en los años posteriores ha sido ampliada y modificada para darle la perspectiva total que tiene en la actualidad. El tejado vertical de sus áreas externas da la imagen de un zigzag, lo que da paso a una enorme torre que alcanza 136 metros de altura. En su interior reposan los cuerpos de personajes de la realeza nacional, con sepulcros muy bien cuidados y elaborados. Miles de viajeros aprovechan la oportunidad para tomarse una foto en su imponente estructura.
Palacio Belvedere
Este enorme edificio abre sus puertas al público de jueves a domingo a las 9 de la mañana. Para ingresar es necesario comprar un boleto en la taquilla respectiva. Tiene una separación en dos espacios, los cuales se unen a través de un jardín histórico. Hasta el siglo XVIII fue la residencia de verano del príncipe Eugenio, aunque en la actualidad es el lugar en que se resguarda una galería de arte. Es un espacio impresionante, cargado de objetos históricos y curiosos de los se aprende mucho.
Mercado de Naschmarkt
Es muy común al visitar ciudades europeas ir a sus mercados y Viena no es la excepción. En Naschmarkt encontrarás de todo un poco. Desde productos locales hasta importaciones exóticas. Destacan los panes, las frutas, las verduras y los dulces, junto a una amplia diversidad gastronómica que de seguro querrás probar. Dispone de 158 puestos que podrás recorrer de lunes a sábado, ya que los domingos no abre sus puertas al público.
Jardín Popular de Viena
Este parque se encuentra abierto al público desde el año 1825 y en la actualidad forma parte del centro histórico de la ciudad, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001. Hay muchos lugares icónicos en su interior, entre ellos el Templo de Teseo, una fuente al igual que un café rodeado de rosas que da postales increíbles a los enamorados. Al dar un paseo por los senderos será posible disfrutar de las abejas, las mariposas y el relajante sonido que produce el agua que cae sobre sus depósitos.
Ayuntamiento de Viena
Aunque muchos se pregunten qué de especial tiene este lugar, cuando llegues te darás cuenta que es muy diferente a los que hayas conocido con anterioridad. La superficie completa es de 113 kilómetros cuadrados, con una construcción en la que predomina el estilo neogótico. En el interior impresiona la fortaleza de sus columnas y la capacidad decorativa de las alfombras. Aparte de las oficinas gubernamentales, hay decenas de salas que se emplean con otros fines, como por ejemplo una enorme biblioteca.
Prater
Si bien no está cerca del centro de la ciudad, tomando una de las líneas del metro podrás llegar al parque de atracciones más antiguo del mundo y en el que todo el tiempo abunda la diversión. Se localiza en una espectacular zona verde, que para disfrutarla en su esplendor lo más recomendable es subir a Noria Gigante. En el sitio también disponen de un tren fantasma y una montaña rusa, además de otros aparatos mecánicos. Es un espacio diferente e interesante.
Además de lo anterior, seguidamente tendrás un listado de otros lugares de interés que podrás encontrar en Viena:
- La Casa de Mozart: un museo histórico en el que conocerás la vida del compositor más grande de todos los tiempos de la música clásica.
- Iglesia de San Carlos Borromeo: un templo que a través de un ascensor te permite llegar a la cúpula.
- Palacio Hofburg: fue la residencia de la familia real de los Habsburgo.
- La Albertina: uno de los principales museos gráficos del mundo.
- La Torre del Danubio: desde la plataforma de 250 metros de altura tendrás vistas únicas.